sábado, 26 de marzo de 2011

Monjes Funky : "Blood Sugar Sex Magic"



Hace ya algunos años el vicio de su música se presentó más allá de los diales  y "tan de repente" cambió toda mi "visión" sonora. De todo punto de vista los RHCP modificaron costumbres tanto en simples oyentes como en instrumentistas aplicados. 



Su carrera es larga y a pocos meses de entregar un nuevo material, busco retroceder unos veinte años exactamente y mediante un desdoblamiento mientras escribo la "reseña"  trato de entrar en la mansión donde concibieron el primer gran disco: Blood Sugar Sex Magic.



No se trata de dar un carácter crítico ni de explorar en sus intenciones noventeras, el análisis se ha hecho ya hace dos décadas pero el disco sigue siendo la piedra donde se han apoyado todos sus trabajos. Antes de "BSSM" los "Peppers" arrastraban una larga cola de problemas:  La muerte Slovak y toda la droga que circulaba por la venas de Kiedis, los discos ochenteros que habían pegado pero no tanto  y  la poca comprensión con los nuevos guitarristas que vinieron. Necesitan nuevo material o seguirían en el "Funky-Rap-Hardcore" que, siendo sinceros, sólo exigía muchos slaps de la Pulga desquiciada en el bajo ya sin Slovak y su hermosa manera  que pudo ser clonada.  Es por eso que el  "Blood Sugar" aparece renovando todo, rompiendo sus moldes anteriores con un John Frusciante de veintiún años que entra dando todo de sí por la banda que más amaba en el mundo. La tierra escuchó sus solos tan funkys como la banda quería pero con su  aporte personal que ahora es marca registrada mundialamente.



Ahora,  no sé si las pistas estuvieron bien mezcladas (aunque sí lo estuvieron) o  si la armonía se sentía en esa mansión donde hicieron la magia (las mejores vibras que tuvieron nunca), lo que se puede decir directamente al escuchar cualquier track del BS.. es una sensación tan directa con la emoción que implica cada canción, es la música con la que quisieras taparte cada vez que te sientes adolecente en magnitud total y más allá de saber ingles o no, hay un placer en la ignorancia oculta de cantar "gividawey gividawey gividawey" y no saber que demonios dices, esa es  otra de las características tan hermosas de este disco: La melodía te atrapa y la necesidad de tocar algún instrumento crece al tiempo que quieres moverte como demente mientras parece que tocas cualquier cosa remarcando siempre el "parece". 






Advertencia: Si eres de esos que sólo escuchan canciones en ingles después de haber pasado la letra por un traductor o si la tradujiste tú mismo, no esperes encontrar gran filosofía encerrada, recordemos que es Funk y el motor Funk es el sexo, claro salvo hermosas composiciones de Kiedis como  "Under The Bridge", "I Could Have  Lied" o " Breaking the girl" que no están ligadas enteramente a una melodía alegre sino que apelan a lo acústico muy bien logrado con ciertos desgarros propios de una guitarra en busca de la luz.



Tan solo para terminar lo somero, los Peppers pueden llegar en este año a Perú claro sin Frusciante y sus magníficas Stratocaster pero sí con un Klinghoffer que se las trae. Gran parte de este disco, y de todos los demás que vinieron, es Frusciante y no hay que taparse los ojos y decir que seguirán por el camino que iban, el giro de la banda ya se ha dado, solo queda esperar que ese espíritu que se apoderó  de la mayoría de sus integrantes actuales en 1991  se mantenga en la nueva producción y aunque siguen siendo los Red Hot Chili Peppers, gran parte de su identidad y de la mía se van con el mejor guitarrista sobre la tierra a mi entender y con el mejor inicio de una canción que escuché en mi vida: Funky Monks.


viernes, 25 de marzo de 2011

Arranque

Dentro de todo no se pretende tener un órden específico en la publicación y mucho menos la búsqueda de lectores asiduos. El simple hecho de saber que existe ya un proceso catártico es suficiente como para postear cualquier "cosa" que, personalmente, parece relevante o de la que vale la pena hablar aunque sea solo. Empecemos.