lunes, 26 de septiembre de 2011

Nunca digas “Nevermind”


Era raro muy bueno y yo tenía tres. El 24 de setiembre del 91 el bebé calato (con todo y veto genital) nadó hasta los tímpanos y se quedó a vivir con dólar en mano en la parte más sucia y noventera de la mente, ese lado que se conoce como tu corazoncito  grunge.  Se establece la simbiosis destruir-deprimir y luego del hermoso disco lo que seguía era obvio.  



Creo que hablar de Nevermind no es hablar de Cobain enteramente, Nevermind fue el alternativo grunge más digerible. Si alguien escuchó y amó a Nirvana y a Kurt fue por Nevermind. Más allá de Smell like… o Come as you are (eternos no solo por su difusión si no por ser hermosas puertas de entrada a cambios imprescindibles) el disco se presenta ante todos como esa “cosa” que tenía ganas de ser pero no sabía si los demás la reconocerían o aceptarían su forma, es que  Nevermind se abría paso desde un lugar impensable, con sujetos tan poco estereotipados, no eran rockeros, no, para nada:  chato, alto y recontra chato, eso era Nirvana, así concibieron el mejor disco de los noventa.

Los temas fueron juzgados por la depresiva melodía, el impactante y “nuevo” sonido, desde Territorail Pissings hasta Polly , eran de esos pocos  casos donde la primera impresión era la menos sobrevalorada porque ya eran buenos desde el inicio, desde Bleach. En Nevermind sucede todo lo opuesto al común de los discos que buscan su lado innovador y suenan parecido a otros, Kurt quería sonar como otros y hacía maravillas mezcladas en calma y catarsis secuenciales, sin virtudes ni destrezas, sin más técnica que lo simple, sin muchas mixturas, sin el gigante maquillador por detrás. Este hijo de los Nirvana empezaba con un Smell  que quería ser The Pixie pero que apuntó mal y se fue al cielo para ser la estrella, la joya que se fue depredando y comercializando como hetaira que no es sobrevalorada, cada palabra la merece, pero no era justo juzgar y pensar en Nirvana por esas cuatro impactantes quintas del inicio. Sin duda el disco es la cara más bonita del grupo, como la foto que te toman sin avisar y donde sale uno bien aunque por dentro eres más que ese “bien”, Nevermind el disco que mostró  actitudes  gigantes  y  poder innovador que no hubiesen podido ser descubiertos sin lo bello de sus primeras caras.

Sucios, depresivos, autodestructivos, desgarradores eso eran y terminaron siendo, lo bueno es que después no hubo fórmulas porque no hubo otra maravilla tan evidente. Aquí se puede hablar de fama, de exceso, de manipulación y de lo rentable que era para todos ver a “Donald” rompiendo guitarras, difiero y esa no es la finalidad del post, pero si existe una forma de expresar lo que significó este disco sería: la entrada, no del chiquito, grande y más chiquito hacía el mundo, si no del mundo hacía eso que eran los tres, he aquí su valor (tal vez discutido). No es que Nirvana entró a nuestras vidas con Nevermind, nosotros somos los que atravesamos la puerta, esa entrada, porque los que cambiamos después de esa experiencia fuimos nosotros, nos dejamos asimilar por sus signos y fuimos más allá, quisimos más grunge, (tal vez yo tarde porque Cobain era polvo(rá)), así solo los que pasamos por la maravillosa puerta de agua de Nevermind nos dimos cuenta que era esa parte diferente de la que muchos renegaban, que repudiaban. No se está hablando de fama si no de un túnel donde daba ganas de sumergirse hasta encontrar todas las texturas de una garganta semidesgarrada. Nevermind el viaje infaltable para la experiencia más vigente, íntima y hasta tierna detrás de los amplis rotos y una bala atravesando la cabeza.


Dedicado  al eterno grunge
Habitante, más duro que el cielo.

sábado, 17 de septiembre de 2011

10 pautas para honrar a tus muertos como realmente se deben. (Reflexión antiflorera)

Más efectivo que visitar el nicho y comprar las magnolias con “lluvia” para luego llamar al de la escalera, aquí diez ideas (que sonarán pretexto) para honrar a los que se nos fueron, familiares en muchos casos. ¿Porqué diez? Porque la costumbre reza: “Tu bloguero que os dignáis a hacer un post con recomendaciones, aplica la regla de oro, resume tus hueveos a diez premisas porque así se han hecho los rankings  desde Moisés  (con sus top ten de  mandamientos) y así le darán más clicks al “me gusta”.


 1.-Nunca te portes igual que el occiso, aún si lo admiraras en vida, no trates de seguir su sendero, no copies todos sus ideales y no recurras a la frase “que hubiese hecho el (ella) si estuviera en mi lugar”, su vida ya se vivió. ¿Para que imitar sus costumbres, sus decisiones, para qué querer ser su “copia de seguridad” que aun está en la tierra? Además ¿estar muerto hace incuestionable a uno? Hónralo dejando su vida como suya y viviendo sin pretender ser así.

 2.-Ignora la última voluntad que te dejaron si es que esta afecta a tu forma de pensar o coacciona tu forma de vida, aun siendo alcohólico, drogadicto o del APRA. La clásica escena que empieza con un llamado hacia la habitación del agonizante termina en: “hazlo por mi”, más allá de ser emotiva simplemente es un intento desesperado por hacer de su muerte algo trascendente como motivo de cambio, encausando antes de irse, mal el muertito que quiere redimirse con el último suspiro y peor aquel que cambia por una muerte porque demuestra que alguien debe coaccionar sus actos si desea una muestra de cambio, a ese tipo todas las muertes le indicarán que algo hace mal, ese tipo sigue viviendo solo por el hecho que alguien cercano muere. El muerto debería ser él.

 3.-Si la muerte llega por larga enfermedad no recuerdes solo los momentos buenos del fallecido, se algo fuerte y recuerda la convalecencia, las peripecias, la evolución que hizo que esa persona llegue a cama y muera tal vez de manera muy triste, copia eso en tu mente y ten algo miedo por el dolor, ahora evita las cosas que llevaron a ese descenso doloroso, es buena hora para prevenir, estar alerta de lo posible que te pueda pasar, de cambiar algunos hábitos y tener una muerte diferente, si el fallecido vería que mueres de las mismas causas sentiría que tuvo a su lado un imbécil que no supo aprender de lo que veía. Demuestra que su muerte sirvió para preservar tu vida, muere de manera original.

4.-No te deshagas de todo lo que era de él (ella), no mantengas su habitación exactamente igual como la dejó o su contrario de vender o regalar absolutamente todo lo que le perteneció, tampoco seas tan basura de quedarte solo con las joyas o las cosas de valor y encierres en un armario o regales todo lo que te hace recordarlo. Al contrario, utiliza sus espacios, convive con su memoria, en lo posible utiliza sus cosas en la medida que sirvan, si te sientes bien usando un collar o un reloj que le pertenecía entonces tienes los escrúpulos de usar su ropa o utilizar su armario y mezclar ciertas pertenencias. Así no tienes que recordarlo simplemente sigue estando mezclado entre todo.

5.- Rehaz no borres. Cuando alguien fallece lo común cambiar la disposición de las cosas de inmediato, despejar la habitación o dejarla con un candado eterno que se abre solo para hacer dormir a la suegra siempre advirtiendo que el difuntito “dormía ahí” para que se largue del miedo. O en defecto cambiarse de casa después del entierro. Una cosa es remodelar y otra borrar toda huella de su vida en esa casa.

6.-Muchas veces el exánime suele regalar objetos de gran aprecio personal, desde cajas de colores antiguos a medio gastar (mi caso) hasta joyas y objetos de gran valor, no como herencia si no como cosas de gran carga emotiva y recuerdo que por el hecho de que eran importantes para ellos se vuelven automáticamente importantes para nosotros, pero no puede justificarse como algo lógico el no querer  desprenderse de esos objetos si está en riesgo algo más importante, gente que recién en el estado paupérrimo decide vender “el camafeo de perla de la abuela” para comer unas semanas o para pagar una operación que pudo prevenirse con el chequeo que podía pagar el mismo y preciado “camafeo”. Además se  ignora que  las cosas pierden mucho valor cuando su portador también  ha perdido su costo de vida. Si la abuela estaría viva le daría una patada en los bajos al tipo que esperó el caso extremo para desprenderse de un objeto que no puede contener el recuerdo único.


  7.-  Cuando hay una gran amistad más que un gran amor familiar no olvides deudas del que ya no está, recuerda las deudas contigo, las cosas que no  cumplió, lo prestado que no te devolvió, no para recuperar de los familiares sino porque el recordar a alguien no solo por lo bueno humaniza más el recuerdo, lo hace más digerible, lo plantea como una promesa, hace que la persona fallecida se aproxime a tu mente con más familiaridad y con la conchudez que los amigos aguantan siempre.


8.-  No olvides las cosas que detestabas de esa persona y que ahora que ya no está ignoras: Su impuntualidad, su ineficiencia, su conducta, sus costumbres o tics. El recordar a alguien tal como es  le otorga su plenitud cuando se le evoca, esto mezclado a las buenas actitudes ayuda a describir a alguien de una manera fiel, ayuda a preservar su carácter y su forma de observar el mundo. Decir solo que era muy  bueno, noble y alegre con todos sería mentir, daría la imagen de alguien incompleto, al parecer todos recuerdan solo lo bueno de los que ya no están, al parecer nadie entierra a seres humanos. Otórgale su legado recordando su vida íntegra

9.- Las personas que matan personas son víctimas de deseos de muerte de los próximos a los fallecidos, los asesinos son malditos por los que sufren. Así deseamos la muerte como venganza y si pasara: no es malo alegrarse con la muerte de seres que creemos que lo merecen y muchas veces uno no llega a matar  por las consecuencias de la justicia, una vida truncada merece todo el sentimiento de venganza que pueda haber, no hay venganza más justificada que la de hacer hasta lo último para que el privador de la vida pague con lo que establece las reglas sociales, eso de que “dios se encargará” son mamadas cobardes de quienes prefieren evitarse el fastidio  de hacer que se pague la vida y prefieren echarse al ataúd a seguir llorando. Lágrimas justicieras bah.

10.-  El que sufre con la muerte de alguien es el que se queda, es la primera base de autocompasión porque el que se fue nos hará falta. De inmediato asumimos que ya está en un “mejor lugar”  y que los que nos quedamos llorando tristes  somos nosotros. La muerte es un camino de zozobra para el que la cruza, con conciencia o no, es algo nuevo, la muerte es la privación de vida, es un instante no un estado. Para el que la experimenta, sea lo que fuere después (aun la nada existencial), es la etapa definitiva,  la que nos mostrará una verdad que buscamos, algo que se desea saber con vida, no se compadezca del occiso, entiéndasele como un ser que observa y “vive” la  única verdad  dela que todos especulamos.


lunes, 5 de septiembre de 2011

Sobre lo que se oye los sábados (Diatriba vecinal).

Sin ir más lejos y conceptuando el título se procede a una reseña muy alpinchista de lo que suena en las casas que se alzaron al costado de mi inquieta vida musical y que me rodean con matices y mezclas que van más allá de la fusión más abultada.
Sábado

Amanecer, al lado derecho de casa: el papá ochentas, rockero de sábado por la mañana, que no tiene los discos de las bandas sino el clásico mp3 que los hizo encontrase a todos en un Princo de 700. Alza el volumen y empieza la función, ahí tocan los Glam y el rock and roll que se salvó de los devoradores 70s en una mezcla random que a veces hace las delicias para un amanecer ideal. Abrir los ojos y escuchar el solo del Don`t Cry, luego sentirte el bebé del video clip para luego ponerte triste porque Axel perdió a su chica (otra vez) pero alegrarte porque Slash prefiere a su Gibson que a una gringa histérica, pero las buenas canciones del inicio van mutando hasta perder forma, cuando ya uno está corriendo en calzoncillos y gritando “¡¡¡Back in Black!!” por el perímetro del cuarto entonces la tonada empieza, jocosa, con ritmo y la marcación tan honda de la tarola ochentera…  Madonna asalta la mañana y “La Isla bonita, la Isla bonita” se impone en el ambiente , “que carajo…” mientras me pongo el pantalón maldigo a la tipa y su canción para cerrar discotecas, el bajón es poderoso, quién pudo hacer una compilación tan mala, el tío ochentas sigue no la detiene hasta que por fin se corta, una alegría está en la base de mi pecho, es esperanza, tal vez ponga otro track, pero no, se pone peor, la hija ha despertado y a continuación el rock embanderado se eleva, Miley o su alterego maligno: Hanna (habría que ver cual es peor, ah xu son la misma) se hace sentir en el sábado que se ha vuelto tétrico, su voz me hiela, siento que alguien en algún lugar de la casa del lado derecho está bailando en pijama y me da miedo, cojo la almohada, paso dos: posición fetal y ahora entiendo mejor a Axel.

Cuando ya se ha despejado el ambiente trato de alejarme sin despertar a más música, llego al patio y la tonada de la casa, a espaldas de la mía, ya empezó. Son jóvenes, eso creo, nunca los he visto en mi vida, sólo por la música que escuchan sé que son dos varones de veinte y diecisiete, yo y mi gran oído,  son buenos chicos que no quieren hacer daño a nadie pero a veces lo hacen.  Mientras las quintas del neo neo punk (si dos veces) se alzan detrás de una voz gallera diciendo: “¡disfraz, disfraz!” entiendo porque hay más grupos que apoyan a los toros y no tantos para salvar a los pandas. El de diecisiete está en su gloria pero no tarda en llegar el hermano mayor, por fin despierta, es  el peruanísimo rocker universitario, se hoye un golpe seco dentro de la casa y la música se detiene, silencio breve antes de un: “hoy hay entre los dos, el pasar de una vida…” una colección melancólica de rock peruano que salta al “tanto, tanto, tanto, tiempo al tiempo..” y termina con “un lapiceeeeeeeeero de cuero…” los volúmenes al tope y ya uno se pone a meditar hasta que otra vez una irrupción en el equipo de sonido, ha  llegado el papá microempresario que ha convertido el patio de su casa en un  recreo urbano-campestre, otros dos golpes secos con residuos de sartén, y ahora sale la cumbia peruana, ¿la costeña o la selvática?,  las dos porque después de “un motor y motivo” “se ha muerto el abuelo”, no se puede así, retrocedo a la base y  llego al refugio de la cocina donde “esta tarde vi llover vi gente correr…”, la radio felicidad a volumen 14, es mamá,  luego luego entra Leo Dan y “esa pared…” que no le deja verla y Joséque dice que fue “triste el decirnos adiós” justo cuando se amaban más y yo tampoco puedo más,  el pan se resbala de mis manos y el cuchillo aun con Sello de Oro me tienta la muñeca, salgo apresurado para escapar del vaho lacrimoso y abrir la puerta para ver la cara del evangélico del frente que no escucha ni mierda pero por el momento porque a las 12 en la esquina,  a la vuelta, se reúnen con todas sus huestes y así nos jodimos porque más de 300 alaban a ritmo de tamborcito de piel de burrito, y  “señor, señor ten piedad de nosotros, de nosotros ten piedad”, mejor adentro que afuera, me alegro que en el lado izquierdo de casa  esté una cochera donde solo se oyen grillos meditando. Regreso a los cuarteles y por fin  en el cuarto engullo como loco los discos Chilipepperos y un random de Aerosmith, pasan las horas y todo bien pero no dura mucho, a eso de las dos, nuevamente el tío del costado: “don´t cry isla bonita”, se ha transformado. En ese instante ha abierto unas chelas y ahora es Thony Pink y MariSun que invaden por la derecha, fortísimos, ruido de chelas con trompetas elevadas y un tecladido programado en flautín de la selva le da toques a su chupeta. Solo queda hacer la competencia pero antes de subirle a todo volumen el “Viejos de Mierda” del loco Raez, se filtra otro, es la parte de
atrás, el papá microempresario tiene por fin clientes y le da con todo a los Bareto que negocian: “tu me enseñas a hacer hilo y yo te enseño a enamorar…” ya no da más el audio, elevo y le doy a los ACDC, puede que  todo reviente, es arriesgado, luego suelto el Sweet Child con toda potencia y por el otro flanco “si yo tuviera fe como un granito de mostaza…”, palmas y más palmas, me siento atacado por todos los flancos que (se) dan con todo, intento sobrevivir mientras mis parlantes empiezan a zumbar al borde del colapso. Aqui no hay tregua nunca nadie toca la puerta del vecino, porque decirle: “un favor bájale a tu cumbia” no es de hombres, las batallas son decibélicas y ahora voy perdiendo y tengo que bajarle, tal vez hoy pierda pero…, cuando estoy a punto de rendirme escuchó un pequeño tamborileo, pasos, más tamborileo, los demás también se percatan de eso estoy seguro, un vientecillo sopla, luego más fuerte, ahora lo reconozco, una tinya, un trombón,  ¡nos jodimos carajo!, al unísono nos tiramos al suelo en nuestras respectivas viviendas, ¡¡¡¡¡SANTIAAAGOOOOO!!!!!!!, el pendejazo de la cochera de lado izquierdo armó su Santiago y se viene con todo, trompetas rompe tímpano y los guapeos enormes hacen callar a Steven Tyler y su Pink, y Anthony Pink y demás cumbieros regresan a sus casas multicolores y los evangélicos están rayados porque les cortaron el viaje a la mitad, en plena colvulsión han sido interrumpidos, pero las tinyas y el bombo con parche Lazer tienen hasta mañana,  hemos perdido la batalla, siempre quedan los audífonos pero no es lo mismo. Ha llegado la noche y todos tristes, vecinos alcanzados y derrotados por el dardo mortal de las ondas de nuestra propia tierra.

Domingo
Amanecer, November Rain empieza, sueño con una novia que muere, luego se corta a la mitad, es reemplazado por un “ohohohoh…” y un Tarzán Boy del Princo de  700 indica que hoy también habrá pelea.