... y así hace un año. El inicio
no fue accidentado, no hubo sacrificio mayor pero sí nacieron dudas que
ahora son más grandes. Puse la pequeña interfaz y conecté el micrófono, ya
había grabado algo mío tiempo antes pero nunca lo había difundido más allá de
un par de oídos muy específicos, ¿hacer canciones era difícil? No tanto pues
había entrado por puro dolor hace casi una década atrás, escribir no me costaba
tanto trabajo como encontrar calles, y tantear melodías al puro oído era
ejercicio de probar y quitar. Era divertido. Ahora que es una necesidad (y luego
de un año de probar un camino del cual no conozco más que minúsculas áreas) ya
no es diversión específica lo que ocurre al repetir cientos de veces,
literalmente, una toma de un par de segundos. Cuando por fin termino no es lo
divertido lo que se me asoma por la cansada cara, es la ansiedad la que entra
cuando tengo que oír, es la satisfacción de terminar y lo divertido se queda en
mirar cómo este tipo (en traje mañanero de domingo) alza los brazos y grita: “quedó”.
Entonces. ¿Lo hago por pasión o por el número de visitas?, ¿estoy del lado de los que asienten cuando dicen que no necesitan ninguna aprobación?, ¿hago música para mí y me da igual si el contador se mantiene quieto o no? ¿voy a promocionar todo esto y me siento consiente que “mi música” es suficiente como para cambiar el medio o adaptarse a el?, ¿Por qué lo hago si me ha costado más de lo que he tenido nunca, literalmente again, y no he recibido (ni creo recibir) ni una moneda en lo que aseguro que será mi camino por y para siempre? (imaginarme ahora sobre una montaña y una bandera en mi mano derecha), ¿es verdad que se podrá vivir de esto sabiendo que si existe una escena que se autogestióna esta está a más de 200 km del lugar en donde vivo?, ¿creo que algo he logrado en un año soltando canción por canción y no haber tenido ni una sola presentación con el embanderado proyecto?, ¿soy optimista raspando lo idiota o un suicida en caída libre hasta que se estrelle en un sincero análisis interno o hasta que se malogre el pequeño equipo que posee?, ¿creo en los premios que algunos medios otorgan o voy del lado subte sin hacer subte para que los subtes me acepten?, ¿por qué sigo aquí o porque estoy pensando seriamente en quedarme?, ¿seremos ejemplo o burla?, ¿algún día acabaremos en uno de los odiados programas que los músicos mentamos pero vemos?, ¿qué haré el día que alguien reconozca esto, me apunte y con cara sonriente les diga a sus amigos que me saquen la mierda?
Las respuestas entre sinceras y
no, no son de enorgullecerme, no creo que haya mérito en una primera canción o
en un par de buenos comentarios. La respuesta no cambiará si aumentamos el
número de temas y compartimos todo con los amigos que siempre nos palmearán
porque son amigos. Si hay algo de orgullo en hacer esto vendrá dentro de mucho,
cuando alguien escuche lo que hago y yo note en su expresión lo que a mi me ocurre cuando escuchó la música de la gente que sabe transmitir algo.
El botón play de ciertas
canciones cambia mis días y mis decisiones, cambia mi humor y mi aspereza, me
hace soportable cuando termina un tema o un energúmeno sádico cuando lo cortan
antes de que acabe. He aprendido todo de los buenos maestros, los libros y la
música, a estas tres cosas me dedico hace algún tiempo, sin ser bueno en
ninguna aun, claro. Así que si el orgullo va a a venir, será el día en que algo
de lo que produzco generará un pequeño vuelco en las decisiones de alguien que
me escuche. No voy con el mensaje de esperanza y sinceridad, cuento lo poco que
veo, mastico mucho algo antes de soltarlo, me enredo en piezas sencillas y
acabó llegando muchos días después a una meta imaginaria, cosas buenas debe
haber en esto, y Yodísticamente: identificarse
de algún modo alguien debe de, pero falta mucho tiempo,
seguiremos soltando todo, bajo los medios que poseo que están en la web, sin
lucro y con riesgo a un plagio siendo muy optimista.
Estamos en esto un año y me
alegra poder saber que no tengo intenciones de retiro, hay planes cortitos como
el de aumentar la pegada sin ser molesto (aunque es un poco tarde para eso), y
planes que involucren proyectos de algunos que seguramente están como yo
pensando en cómo llevar el hermoso peso de querer hacer algo que con el tiempo
sea llamado arte.
Estamos con los síntomas típicos
que alguna vez aquejaron y aquejan a cientos de almas que se han ido hacia
arriba con trabajo duro y canas en los pelos o como los que se han estrellado y
muerto con una sonrisa en la cara. No sé a dónde exactamente quiero llegar,
tocar algo en vivo, generar más alcance o acaso tener impacto en diversos
grupos y apostar por algo que recién adquiere forma o que muta como esta
bacteria, que es contagiosa, pequeña aun pero que esperemos que se esparza como
una gripe antipática. Yo tengo todos estos síntomas, busco unos más. Soy
egoísta al querer el contagio y por supuesto que habrá miles de recetas para
eliminar lo que se empieza.
Mientras que algunos oscilan en este medio con
hermosas personalidades y decadentes vidas, yo me asomo a la calle, por una esquina, a verlos de lejitos nomás y aprender de lo que hacen. En
eso estamos: en aprendizaje. Esto tiene para rato, un año es poco y hasta ahora
no sé que hay más allá. Será seguir en el viaje.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario