(Imagen referencial) |
Ganador del premio TuBuenaEmpresa 2011 y dueño de
portadas en revistas como “Empedernido Emprendedor”,
tuvimos la suerte de entrevistar a Víctor Mollendo en su paso por la
ciudad. Sin más detalles de su vida nos aventuramos a indagar sobre su éxito y
sus planes a futuro.
Entrevistador: ¿En qué punto exacto de su
vida cree que nació este amor por los negocios?
Víctor Mollendo: En realidad uno
de pequeño nunca dice que quiere ser empresario, soñamos con ser bomberos o policías.
De pequeño siempre fui muy hábil e ingenioso, vendía mi refrigerio para
comprar trompos y me las ingeniaba para que no me descubrieran.
E: Pero ¿En qué momento usted
empieza con este maravilloso sueño suyo hecho realidad?
VM: Fue cuando vine a estudiar
mecánica. En un momento no supe como pagar las mensualidades del instituto y me
tuve que ingeniar para sobrevivir. Empecé vendiendo café y sándwiches de pollo.
Como no tenía dinero y no nos dejaban vender cosas dentro del local, me prestaba plata y hacía la
comida en la mañana, luego le pagaba a un vecino para que viniera a la salida y yo llevaba a mis amigos para que le compren. Al principio fue así, luego la gente venía solita. Llegaba a vender setenta panes
con sus respectivos cafés en una noche.
E: ¿Nunca supieron que el negocio
era suyo?
VM: Si claro, pero tiempo después.
Les dije a mis amigos que el chico al que le compraban trabajaba para mí. No me
creyeron hasta que los llevé un día a mi cuarto de estudiante y les mostré como
hacía todo. Luego quisieron entrar al negocio.
E: ¿Y usted aceptó?
VM: Al principio les dije que no quería
asociarme porque al final la carrera era más importante, pero luego tuve la visión
de negocio y llamé a solo dos de mis amigos, los que podrían ser mejores para
el negocio…
E: O sea los que tenían capital.
VM: (Risas) Si también por eso. Empezamos
contratando más gente y poniendo más puestos en colegios y otros institutos.
Fue difícil aprender que cosa se vendía mejor en cada lugar pero con el tiempo
lo logramos.
E: ¿Jamás sufrió de engaños y
traiciones por parte de sus socios o empleados?
VM: Tal vez fue lo que más me
pasó. Primero mi vecino, mi vendedor estrella, se alió con la competencia e
hizo quedar mal a nuestros productos, mezclaba cosas y nos dio una mala imagen.
Me costó dudar de él pero luego de verlo yo mismo supe que no me podía confiar
de nadie. Los amigos también en algún momento quisieron salirse, yo sabía que
querían ganar plata solitos, copiándome,
así que los dejé ir pero nunca les fue tan bien como conmigo.
E: ¿Cuánto ha crecido su negocio
desde esas épocas?, ¿Nunca se dedicó a la mecánica?
VM: Ahora ya tenemos siete
locales con servicio delivery, trabajamos con más de setenta empleados y hace unas
semanas abrimos nuestros dos locales en el interior del país. Tenemos
perspectivas de abrir una sucursal en Miami donde hay mucho peruano. Ahora con
respecto a la mecánica no la terminé porque sabía que esto (el negocio) tenía
futuro, no me enorgullezco de esa decisión pero si hubiese seguido tal vez nada
de lo que ve sería real.
E: Y en el amor ¿Nunca se casó?
VM: Sí, una vez pero luego me
enteré que fue por interés. Ya sabe que dicen de los que tienen éxito en los
negocios. Hijos no tuve porque no me gustan los niños (sonríe).
VM: Bueno, alimentamos con carne
de primera a las personas de esta ciudad, muy aparte soy un cristiano devoto y
se que nada de esto sería posible sin la ayuda de Dios, hace poco donamos una
cruz nueva para la parroquia de San Cleodoro. También damos trabajo a jóvenes trabajadores
que quieran empezar una historia como la mía.
E: ¿Siente usted que es un
ejemplo a seguir?
VM: No me siento un ejemplo, soy
tan humano como cualquiera y me equivoco como tal pero también tengo cualidades
que sé que contagio a los que trabajan conmigo.
E: ¿Es usted feliz?
VM: Claro, ver que todo esto
empezó de cero y hoy somos una gran familia me da mucha alegría.
E: Si ya es feliz ¿Por qué seguir
creciendo? Es decir ¿Por qué buscar la internacionalización? Usted no tiene
familia, su futuro está asegurado de por vida.
VM: Porque el conformismo no va
conmigo, si siento que puedo seguir adelante porqué no hacerlo. Si siento que
esto puede dejar una huella, porqué no dejarla para siempre. No es una cuestión
de dinero…
E: ¿Es una cuestión de poder?
VM: Claro que no, está claro que
si expando mi progreso también ayudaré a los demás, a mi comunidad.
E: ¿Dando un empleo que de todas
maneras usted necesita?
VM: Todos necesitamos de empleos.
Usted está trabajando, alguien lo contrató.
E: Mi jefe no dice que hace un
bien a la comunidad contratándome. ¿Cuál es su límite?, ¿qué quiere para no
seguir avanzando?
VM: Usted no quiere que yo siga
avanzando ¿verdad?, ¡para quién trabaja
ah!
E: ¿Usted no tiene límites ?
VM: Mi éxito jamás lo tendrá. No
ve que esta criticando una historia digna, un sueño logrado a base de esfuerzo
y dedicación.
E: ¿Cuál es su modelo a seguir?, ¿Ayuda
realmente a la gente más allá de cruces o empleos?
VM: (Risas sarcásticas) ¿Qué
quieres?, ¿Qué regale dinero a la gente? Yo no doy el pescado, yo les enseño a
pescar.
E: ¿Cuánto porcentaje del pescado
que ellos pescan es para usted?
VM: ¿Cómo? (reflexiona), nadie la
tiene fácil, el camino correcto es largo y con tropiezos
E: ¿Usted cree que todos deberían
de ser empresarios emprendedores?
VM: ¡Claro que no!, cada uno
tiene su vocación.
E: La suya era ser mecánico.
VM: (Más risas) Luego descubrí mi
real vocación.
VM: (Mueve la cabeza de un lado a
otro) Usted desconoce todo esto. Eso es inherente al éxito y aun lográndolo hay
que mantenerlo.
E: ¿Mediante?
VM: Una buena mano y decisiones
correctas que no todos pueden tomar. Tú no podrías dirigir por ejemplo.
E: Claro que no pero ¿Todo eso
para ser feliz?
VM: La felicidad no lo es todo
además lo que tengo se gana con pulso y luego se mantiene, cada uno tiene
distintas formas de felicidad.
E: ¿No parará hasta ser un
empresario gigante? De esos que dirigen los destinos ¿verdad?
VM: Qué puede saber usted de lo
que quiero. ¡Ya me harté de su comedia! (Se pone de pie) ¡diga de que medio es!
E: ¿Alguna vez fue realmente
feliz? ¿La felicidad nunca estuvo en ser bombero o policía? ¿En que me ayuda su
progreso a mí? ¿Soy parte de su comunidad verdad?
VM: Vete a la mierda mocoso
maricón. (Se va)
El invitado se va dando un tremendo
portazo. Está claro que el señor Mollendo es un empedernido emprendedor, jamás se detendrá.
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